Minotauro

Últimamente ando desligado de la actualidad musical. Ya no compro revistas (son caras y me aburre ver siempre los mismos jetos) ni leo otros medios. Por eso me dió un vuelco el corazón cuando leí que los Pixies iban a sacar un nuevo disco titulado 'Minotaur'. La emoción era una una mezcla entre estupor y miedo. Estupor por lo inesperado y miedo por si la cagaban en el estudio y echaban a perder una discografía casi perfecta ("casi" por las continuas reediciones y revisiones de su corto legado sónico. Me tranquilicé un poco cuando seguí leyendo y entendí de que el artefacto en sí no era más que una lujosa caja con su discografía completa (sólo los álbumes, de ep's y rarezas me parece ser que nada hay).

Rebusque en el oráculo-google y, efectivamente, el mejor calificativo es ése, lujosa. Gran diseño del packaging y libro de afiches de Vaughan Olivier, CD's, blurays y devedés... en dos "asequibles" ediciones: a 175 eurodolares la más discreta y a 400 la más pomposa (en vinilo). Debe ser que los ejecutivos han debido hacer un estudio de mercado y se han dado cuenta que la mayoría de fans del grupo rondan o sobrepasan la cuarentena. O por lo menos los 'diehard fans', como los llaman. Deben haber pensado que "estos tipos de la generación X ya deben tener un buen sueldo y son el blanco perfecto". Y si no es así, "seguro que son capaces de no comer durante uno o cuatro meses. Se alimentaran del arte que han comprado."
El tema de las cajas y ediciones de lujo inalcanzables no es nuevo pero se está alcanzando un grado de refinamiento snob que no deja de sorprenderme. La industria discográfica, tocada de muerte, pretende sobrevivir apelando a la nostalgia y el fetichismo del consumidor fiel. En definitiva, exprimir la burra.Obviamente hace tiempo que perdieron contacto con la realidad de nuestros dias. O eso o es que según mi otra hipótesis, vivimos en la 'era pija' de occidente y aunque no tengamos un sustento ni para comer, agasajamos nuestros sentidos con artefactos hechos a base de soma consumista.

Pensaréis que ésto lo escribo inflamado de rencor al ver que no puedo permitirme el artículo en cuestión. Efectivamente, no puedo permitirmelo. Pero tampoco pagaría por semejante cosa, teniendo los discos originales que me costaron cuatro chavos cuando nadie quería ni ver el vinilo, ¿se acuerdan?
En cuanto a los Pixies, siguen siendo uno de mis grupos de cabecera. Sus discos tienen alma, carne huesos rotos, ruido, melodía, médula, vuelo... Y el que quiera nuevas sensaciones cercanas a pixies, será mejor que se acerque a la discgrafía última de Frank Black Francis. En concreto, Fast Man Raider Man.
Última duda que me asalta: ¿hacía falta dos comebacks seguidos? En fin, es completamente lícito que quieran vivir de su obra. Esperemos que el próximo concierto en BCN tenga más alma que el de 2004. Ya veremos. O no.

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