El gobierno se recrea en su ineptitud y aprueba una reforma laboral a golpe de decreto ley (sí, una vez más) en la que se recorta los derechos de los trabajadores, bajo la tutela del liberalismo europeo y la atenta mirada de los mercados internacionales. ¿Cómo se puede decir que la reforma apuesta por proporcionar estabilidad cuando se abarata el despido(de 45 días a 33? ¿O "cuándo los resultados de la empresa sean negativos" serán causa de escisión de contratos. Mayor flexibilidad empresarial (despido exprés) para evitar cambios estructurales (EREs con rebajas horarias). Puro eufemismo. Modelos austríacos en los que las aportaciones a la seguirdad social no las pagarán las empresas. ¿Entonces quién? Todavia planeará la duda hasta el 2012, pero todos sabemos quién lo pagará. Dejen de repetir los grandes esfuerzos, los sacrificios que han tenido que hacer para llevarlo adelante. Ustedes, la clase política son los que menos pueden hablar de temporalidad y precariedad. Ustedes tienen un sueldazo, en muchos casos vitalicio y con una gran jubilación. El colmo del disparate viene cuando María Teresa Fernández de la Vega decide coronar la rueda de prensa sobre la reforma laboral con el anuncio de la creación una "plataforma para impulsar el turismo cultural" y la compra de 50 carros blindados con valor de 15 millones de euros (algo que nos remite a un anterior post). Vergonzoso es poco. Todo sea por dar una buena imagen de cara a inversores internacionales. sonriamos todos pues, aunque no nos queden dientes con los que roer pan duro.
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