Egipto.

Ésta entrevista fue tomada en la plaza Tahrir el martes. Se palpa un ambiente de euforia contenida entre los opositores al régimen, pero reina la paz tan sólo interrumpida por el vuelo de los helicópteros del ejército. Nótese que en las últimas frases de su discurso, la manifestante desdice una de las falacias creadas por el establishment sobre ésta revolución popular: la revolución no está en Facebook o Twitter, la revolución está en la calle. Es mucho más transversal y no se detiene en los dominios digitales. En la mayoría de crónicas occidentales se hace hincapié que la revolución se gestó en las redes sociales. Pero una vez más los hechos demuestran que aunque aquí nos llegué el pálido reflejo televisivo de la barbarie de la plaza Tahrir, la revolución no será televisada.





Ayer miércoles estalló la violencia provocada por el statu quo de Mubarak y su dictadura del miedo, el cimiento de todas las dictaduras y algunas mal llamadas democracias. Entraron en masa para aplastar con palos y piedras a los opositores del régimen, al parecer coordinados por la policía. Pero el pueblo egipcio, los sin nombre, los invisibles, los hastiados resisten todavía y tras 24 horas de lucha en la plaza. Lo que no saben los verdugos es que la guerra que intentan desencadenar la tienen perdida. Sólo falta saber quién llenará el vacío de poder. Todo apunta que al ejército, también corrupto. Ojalá toda esta barbarie les sirva a los egipcios para cimentarse un futuro mejor. Y no quede archivado como un suceso más en la historia de los que no escriben la Historia.

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