El eje del mal

Demoledora, inquietante, certera y oscura. En La cinta blanca, M. Haneke retrocede hasta 1913-14 para proponer un psicoanálisis, una catársis del inconsciente colectivo de toda una sociedad, para concluir que el origen del mal es algo tan atávico como la especie humana. Algo tan intrínseco que pasa de generación en generación, de manera irremediable. El eje del mal no está en el otro, sino en nosotros mismos. Estaría bien que la nación que tuvo el dudoso honor de ver nacer tal concepto, ahora premiase ésta película con el Oscar. Sería todo un gol... o mera hipocresía. En todo caso ahí queda la película un paso más en ese tratado sobre la violencia que es la filmografía de Haneke.

Apunte para cinéfilos: J. C. Carrière participó en el guión como asesor.

 
La cinta blanca (M. Haneke, 2009). 


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