Minotauro (IV): Shutter Island

La última y gran película de Martin Scorsese se podría entender como una readaptación del mito del Minotauro ambientado en un psiquiátrico/prisión. El film es tan poderoso a nivel simbólico y tan apabullante en cuanto a la dosificación en canal de la información que te absorbe y te subyuga para que entres en la narración. No es una estrategia nueva en el cine de Scorsese: te gana por K.O. durante los primeros minutos.
Pero los simbolos aquí son especialmente reverberantes, apelan al incosnciente: la isla, el faro y el laberinto tanto físico como mental en el que se adentra un crecido DiCaprio (mención aparte para el gran Ben Kingsley y la aparición sorprendente de Max von Sidow). Poco a poco el personaje irá cruzando los círculos de ese infierno que es el penal psiquiatrico, siguiendo su particular hilo de Ariadna ,debatiendose entre la razón y el inconsciente, hasta darse cuenta que se encuentra en el centro del laberinto, frente al minotauro y sin posibilidad de escapar.
Mientras tanto nos contagiaremos de la atmosfera enrarecida que acompaña a la isla de Shutter adivinando en ella los ecos de Dachau y el presente de Guantanamo.
En el tratamiento fílmico se mueve en el registro de thriller psicológico cercano a el "Cabo del terror" y "Al límite" ("Bringing up the dead") y como han apuntado algunos críticos, al "Resplandor" de Kubrick. El gran Scorsese está de vuelta.

Shutter Island (2010).
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