"Ground control to Major Tom ..."

Qué mala es la noche. El sábado pasado a horas intempestivas y con unos cuántos cubatas encima, me entero, como el que no quiere la cosa que David Bowie padece un principio de Alzheimer. Así, en forma de cotilleo, directo al lóbulo temporal. Le digo a la persona que me lo cuenta que yo no tenía ni idea. Parece que hace tiempo que se sabia la noticia. Me intento recomponer y desconfío. "Claro, por que crees que ya no da conciertos ni saca discos..." me replican. Glups, pues es verdad. Desde el último disco que fue "Reality", allá por el 2003, no ha grabado nada más... Y a partir de aquí mi mente, sobreexcitada por el alcohol, las luces de la disco y la música hortera que suena, empieza a repasar fugazmente varios momentos del universo Bowie: la melancolia de "Space oddity", el abandono al terminar la gira de ziggy stradust, el regreso transmutado en aladdin sane, los cuadros rasgados de la portada del penúltimo disco Heathen... "Joder, si llego a saber que te iba a afectar tanto no te digo nada..." Vuelvo en mi. El sopapo de realidad me ha hecho bajar considerablemente la borrachera. Por cortesía quito hierro al asunto, me dirijo a la barra y seguimos de fiesta. Pero ya no es lo mismo. Más tarde, de regreso a casa, no puedo evitar pensar en la imagen de un Bowie perdido, cual Mayor Tom, a la deriva en su propio cosmos interior.

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