Ciencia ficción (I): Innocence

... volvamos al presente: millones de millones de usuarios esperan la llegada del nuevo gadget-soma que calme por un breve lapso de tiempo su sed de consumismo con la que intentar de paliar el dolor que da vivir. Hasta el próximo anuncio de un nuevo gadget-soma en forma de manzana.
Mientras tanto, se ha conseguido reproducir una célula creada artificialmente. Los desarrodallores del proceso ha sido la comapñía privada responsable en parte de desentrañar (y privatizar) el Genoma Humano. Es dificil diferenciar si a lo que estamos asistiendo es a un momento de inflexión en la historia de la ciencia o a una campaña de márketing más.
En un mundo tremendamente inhumano los productos del hombre parecen tornarse más humanos que éste. No es un argumento nuevo, éste y en el cine ha sido tratado en películas-tótem como Blade Runner. Mamoru Oshii reconoce sentirse profundamente inspirado en la película y ya retomó el testigo en la primera parte de Ghost in the shell (1995). En la continuación GITS Innocence (2004) nos presenta un nuevo capítulo en el que se consigue ir más allá en todos los sentidos: el argumento y la técnica se expande, así como los personajes y el alcance emocional del filme.
Para los que no conocíamos el manga, esto es la gran mayoría fuera de japón, era bastante extraño llegar a una historia de tales proporciones in media res. Intentar asirse al contenido de la primera parte era tarea árdua sino fuera por el referente de blade Runner. En cambio ésta segunda parte funciona mucho mejor como historia independiente en sí, aunque no por ello no deja de ser imprescindible conocer lo acaecido en la primera película para llegar a entender el film en su totalidad. Pero como ya advierte el propio Oshii sus films, más allá de historias un tanto opacas y trufadas de referencias cultas, son películas-experiencia, para ser arropadas con los sentidos. Al menos es así como define su visión del hecho cinematográfico. Así que el mejor consejo que  puedo daros es que os acerquéis a la obra de Oshii sin prejuicios y dejaos contagiar de la melancoía flotante de sus imágenes. Alimento para el alma.

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