20th century boys!
Normalmente en cuanto a espectadores o lectores, tendemos a atraer parte del relato hacia nosotros. Lo integramos a partir de nuestra experiencia y recuerdos. Establecemos, pues, una conexión entre el relato y nuestra experiencia íntima. Rara es la vez que ésta conexión aparece con fuerza a partir de una obra mainstream. Al menos a mí me cuesta "intimar" con ésa clase de productos mayoritarios. Pero Japón is different. Allí una obra como 20th century boys arrasa, lo que no deja de sorprenderme pues tras leer su arranque uno pensaría que está leyendo un comic independiente europeo. Digo ésto por la forma que tiene de acercarnos a los personajes: a través de sus recuerdos de infancia y mediante una pirueta argumental, da un salto temporal, nos los muestra con treinta años y haciendo frente a las responsabilidades de la vida adulta. Entremedio de todo ésto un gran mcguffin sci-fi y fantástico: salvar al mundo de las garras de una secta de fanáticos. Una mezcla que aquí parecería bizarra para las mentes más convencionales.
Todavía no puedo valorar la serie en su totalidad, puesto que como ya he dicho sólo llevo leídos 4 números de 22. Eso sí éste arranque es inmejorable. La serie ya hace tiempo que está cerrada y ya se ha realizado una trilogía fílmica a partir de ella. Insisto, con gran éxito de público. Aquí cuando se ponen a revisitar décadas pasadas lo mejor que se les ocurre es ésa revisitación en plan cañí de "Aquellos maravillosos años" de cuyo nombre no quiero acordarme. Yo por mi parte voy a seguir con dedicación la serie del señor Urasawa, autor de la inconmensurable "Monster" y la tierna "Yawara" (o "Cinturó negre" para los que vieron la serie en TV3").
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